3 de octubre de 2024

Tasa de fecundidad en adolescentes en Nicaragua es de 82.5% por cada mil embarazos

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El embarazo adolescente sigue siendo un problema crítico en Nicaragua, que demanda un fortalecimiento urgente de la estrategia nacional para prevenir que estos embarazos perpetúen el ciclo de pobreza y exclusión, según la Asociación Quincho Barrilete.

Hasta 2023, datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) indicaban que la tasa de nacimientos en niñas y adolescentes de 14 a 19 años era de 82.5 por cada mil mujeres embarazadas.

Esta situación está vinculada a factores como la violencia doméstica, la falta de acceso a educación sexual y la deserción escolar.

Según Karla Nicaragua, asesora legal de la Asociación, la legislación nicaragüense clasifica el embarazo en menores de 14 años como una violación agravada, ya que se considera que estas adolescentes no tienen el consentimiento pleno para mantener relaciones sexuales.

De acuerdo a datos de la OPS, en el contexto de América Latina y el Caribe, se registraron aproximadamente 1.636.000 embarazos no planeados en adolescentes de 15 a 19 años en 2021.

La abogada, señala que el embarazo adolescente es multicausal, con factores como la violencia física y psicológica en el hogar, la expulsión escolar y la falta de educación en salud sexual que agravan la situación.

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Las adolescentes que enfrentan violencia en sus hogares a menudo buscan relaciones fuera de su entorno familiar, y la falta de conocimientos sobre métodos de protección y riesgos asociados contribuye a los embarazos no deseados.

La Asociación subraya la importancia de reforzar la educación en salud sexual y reproductiva, brindando información adecuada a adolescentes y promoviendo la maternidad y paternidad responsables. La educación debe abordar tanto a adolescentes como a sus parejas para retrasar la maternidad y fomentar decisiones informadas sobre la sexualidad.

Además, la organización destaca que los embarazos en adolescentes pueden llevar a una mayor propensión a futuros embarazos y a la perpetuación del ciclo de pobreza, especialmente en contextos de extrema pobreza y violencia.

En estos casos, el apoyo educativo y social es crucial para evitar la deserción escolar y asegurar el bienestar de la madre y el niño.
Finalmente, se enfatiza la necesidad de denunciar los embarazos en menores de 14 años como delito y de apoyar a las adolescentes embarazadas mediante programas educativos especiales para evitar su exclusión del sistema educativo.

Fuente: vostv.com.ni

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